LOS EMPRESARIOS CONSIDERAN QUE NO TIENE SENTIDO LA RESTRICCIÓN IMPUESTA EN MATERIA DE HORARIOS.

Esta es la pregunta que se formulan las salas de la Comunidad Valenciana ante la medida adoptada por el gobierno de la Generalitat de poner fin a la actividad a la una de la madrugada impidiendo el acceso del público a las 12. En semejantes condiciones, unidas a las derivadas de la limitación de los aforos, el bingo entra de lleno en una imparable línea descendente que se traduce en una situación ruinosa. Máxime cuando se viene arrastrando un ciclo de paralización de tres meses y el obligado cumplimiento de tener que atender los pagos derivados del mantenimiento de los locales.

El bingo valenciano, como el de la mayoría de comunidades, está tocando fondo y numerosas salas no podrán seguir aguantando un descenso sostenido del 50% de la recaudación y se verán abocados al cierre. Los empresarios consideran que no tiene ningún sentido la última restricción impuesta en materia de horarios. Y de persistir quieren que por vía de urgencia se apliquen bonificaciones tributarias porque la situación es de emergencia que, de persistir, pondrá el punto final a la existencia de muchos bingos.

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