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La ralentización en la recuperación de la pandemia obliga a la Junta a aplazar la entrada en la fase 2 de la desescalada, que debería haber comenzado este 1 de junio, 15 días más.

Andalucía prorroga dos semanas más la fase 1 de la desescalada y no relajará medidas hasta entonces. Así lo ha comunicado el consejero de Salud, Jesús Aguirre, tras la reunión del comité de expertos que ha sido presidido desde su domicilio por el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, que se encuentra en cuarentena tras haber dado positivo por covid la semana pasada. En principio, esta primera fase debería haber finalizado este lunes, pero la incidencia acumulada -que sube por quinto día consecutivo y está 54 puntos por encima de la media española-, además de la incidencia a siete días, ha determinado al Gobierno autónomo a retrasar otras dos semanas más la entrada de la fase 2, o de estabilización, que debería haber comenzado este mismo martes, 1 de junio y que tenía que concluir el 21 de este mismo mes, de acuerdo con el plan previsto por la Junta para después del final de estado de alarma.

“Basándonos en el principio de precaución mantenemos la decisión tomada hace 21 días y esperar a dentro de dos semanas para decidir si pasamos a la segunda fase”. Ha señalado Aguirre, que sí ha señalado que se han apreciado parámetros positivos como los ingresos en UCI o la incidencia acumulada en mayores de 60 años.

El Gobierno andaluz no ha ocultado su preocupación por el estancamiento en el ritmo de recuperación de la pandemia tras el fin del estado de alarma, el pasado 9 de mayo. Cuando el presidente anunció la desescalada progresiva en tres fases el 9 de mayo, la incidencia acumulada era de 193 casos por cada 100.000 habitantes, casi un mes después, la tasa es de 176,6 —12 puntos más que hace una semana―. Mientras el acumulado de la media de España refleja una caída de 10 puntos, en el caso de la comunidad supone un incremento del 4%.

El inicio de la primera fase supuso el fin del toque de queda y la posibilidad de abrir el ocio nocturno y las casas de apuestas hasta las dos de la mañana. Esta etapa, que debía finalizar el 31 de mayo para dar paso al segundo tramo de esa vuelta a la normalidad, se amplió la semana pasada debido a los malos resultados de la evolución de la pandemia. La tercera fase debería comenzar el 21 de junio, coincidiendo con el fin del curso escolar.

Andalucía había sido una de las comunidades más conservadoras durante la tercera ola y fue la única en mantener el cierre perimetral entre provincias al durante la Semana Santa, para evitar los efectos de la cuarta. Sin embargo, no parece estar dominando este último embate. Desde la Junta se achaca este ritmo tan lento a la movilidad y a la llegada de visitantes de otras comunidades y del exterior y no consideran que hayan errado en la planificación de la desescalada. La estabilización de la incidencia y de las hospitalizaciones y el ritmo de vacunación, hacen a la Junta ser optimistas respecto del futuro. Este martes había en Andalucía 855 ingresados en camas ordinarias (un 4,69% del total y ligeramente superior a la media española de 3,75%, de los que 207 están en la UCI (un 10,8% del total, y, en este caso, tres puntos por debajo de la media del territorio, 13,3%).

Begoña López, presidenta de la Sociedad Andaluza de Epidemiología, no ve una “explicación clara” para el lento descenso en la curva de contagios en esta cuarta ola e incide en la importancia de seguir con el alto ritmo de vacunación. Juan Pedro Arrebola, epidemiólogo de la Universidad de Granda, sostiene que no tiene un conocimiento profundo de los datos estadísticos sobre esta cuarta ola, pero, además de la movilidad, considera que las reuniones también pueden explicar la actual situación, aunque lo importante, para él, es que aunque sea lentamente “la incidencia parece controlada”.

En las próximas dos semanas la hostelería continuará abriendo hasta las doce de la noche con un máximo de ocho comensales por mesa en el interior y de 10 en el exterior —un número que se restringe en función del nivel de alerta en el que esté cada municipio―; las ceremonias podrán acoger a 300 invitados en el interior y a 500 en el exterior —capacidad vinculada al nivel de alerta, igualmente―. Los bares de ocio nocturno, discotecas y casas de apuestas podrán estarán abiertos hasta las 2 de la madrugada con los mismos aforos que en la hostelería, pero las pistas de baile solo se permitirán en municipios en nivel 1 de alerta, siempre que estén en el exterior y con uso obligatorio de la mascarilla. Para espectáculos y eventos al aire libre habrá que dejar un asiento de separación, para los niveles 1 y 2, o guardar la distancia de 1,5 metros, en el resto. En las playas y piscinas no hay limitación de horarios, pero como en el verano pasado, deberán seguirse unas normas de seguridad, entre ellas la distancia de metro y medio.

Fuente: elpais.com

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